Cada vez me maravilla más la capacidad de aprendizaje y adaptación con la que contamos los seres humanos. Siempre que se tenga la mente abierta y el deseo, las oportunidades de crecimiento se presentan a cada paso.
Llevo un tiempo enseñando habilidades de mediación lingüística en un diplomado de la Universidad Intercontinental de México, y esta experiencia ha sido completamente enriquecedora, pues al pensar en comparar el aprendizaje y la docencia con las relaciones comerciales he re-descubierto los matices de la comunicación.
Y es que, en ambos contextos, todo comienza desde la planificación. Uno intenta saber lo más posible de su interlocutor(es), estudiando lo que esté disponible, preguntando a quienes le(s) conocen, queriendo saber más de su perfil para entender cuáles son sus verdaderas necesidades. Esta faceta puede ser ya todo un reto, pero es importante siempre recordar que se trata con personas individuales, tratamos con seres humanos que tienen fortalezas y a quienes podemos ayudar a solucionar situaciones que les presentan conflictos.
Una vez planteada esa idea, lo siguiente es crear la mejor estrategia posible para comunicarse con cada uno de ellos, para ello es vital recordar que nadie parte del mismo punto, que el contexto de cada persona es diferente, y que debes adaptar una solución directa y personalizada que llegue a ellos, que resuene en su mente y que les inspire a confiar en ti y en lo que tienes para proponer.
Otro aspecto de clara importancia, es lograr comunicarles que en esta relación (laboral, comercial, de docencia... vamos, ¡humana!), el objetivo es que todos ganemos. Nadie se enriquece a costas de otro, nadie acapara los beneficios, todos damos y recibimos porque así se crea un verdadero intercambio y una clara fortaleza comunicativa.
Una vez teniendo esto claro, es momento de ser preciso, directo y claro en aquello que tú puedes ofrecer y por qué representa una solución para la otra persona. Hazle saber que identificas, como persona, las oportunidades que busca (y si aún no es completamente cierto, invítale a que te cuente más de sí, haz preguntas oportunas y pertinentes que te ayuden a expandir lo que sabes de esa persona), recuerda que la confianza es vital, tu socio necesita sentir y saber que te interesas de forma genuina por sus necesidades y por entenderle, y que no estás ahí para darle una salida fácil que más adelante no funcionará.
Alguien me dijo una vez que todo en esta vida se trata de negociar, y cada vez afianzo dicha idea, y considero que es así, con confianza, decisión y apertura mental, que se construyen las mejores relaciones y se logra la comunicación adecuada para llegar a buen puerto en cualquier tipo de negociación.
Así que, después de varias generaciones de enseñar y aprender de mis alumnos me llevo esas claves al entorno comercial: genuino interés, conocimiento, apertura, proposición, decisión y solución.
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