Pues sí, con la COVID-19 llegó la crisis y todo el mundo está haciendo lo que puede para seguir con sus actividades de forma improvisada.
Pero improvisar no es suficiente, ahora es momento de empezar a pensar en que esta debería de ser una estrategia existente, es momento de darnos cuenta de que el trabajo a distancia no es la excepción, si no que debería de convertirse (al menos) en un plan B bien establecido y 100% funcional.
Para esto se requiere contar con:
Líderes con perspectiva
Colaboradores con disciplina
Herramientas tecnológicas (que además aseguren la privacidad y seguridad de la información en todo momento)
En este momento muchas empresas están trabajando a marchas forzadas en el último aspecto, y están consiguiendo algunos resultados con las herramientas que tienen a mano pero ¿no deberíamos de aprender de esta experiencia para que la próxima contingencia se pueda atravesar sin tanto sufrimiento, carencias y disrupción?
El trabajo a distancia ya no es el futuro, es el presente, y como tal debemos de tratarlo y debemos de estar preparados para aprovecharlo en su máxima capacidad.
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