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Tania Saldívar

La importancia de un mensaje a la medida

Al tratarse de comunicación, podría parecernos lógico pensar que todos sabemos expresarnos; desde pequeños, incluso antes de aprender a hablar, encontramos la forma de dar a conocer al mundo nuestros deseos y necesidades. Sin embargo, el tema podría no estar tan redondeado, ya que hay un sinnúmero de elementos que influyen en que el mensaje que una persona quiere transmitir a otra, o a un grupo de personas, sea entendido según la intención deseada o no. Algunos de los muchos factores que podríamos mencionar incluyen el contexto, el nivel educativo de quienes escuchan/leen el mensaje, el entorno cultural, familiar y profesional, el idioma, la edad, la profesión, entre otros tantos. Es vital aprender a adecuar nuestro mensaje de acuerdo al público a quien va dirigido, personalizar la intención para que nuestras ideas sean mejor comprendidas, y así lograr nuestro verdadero objetivo de compartir palabras con el mundo. El éxito de la comunicación, y aquello que la hará realmente efectiva, es que el expositor tenga en mente las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué deseo compartir?

  2. ¿Cuál es mi objetivo principal?

  3. ¿A quién(es) dirijo mi mensaje?

  4. ¿Cuál es el mejor lenguaje a utilizar?

  5. ¿El idioma podría representar una barrera?


Una vez respondidas estas interrogantes, podrá moldearse el discurso/texto de forma que sea más digerible e interesante para aquella audiencia a la que está destinado, siendo entonces un canal eficiente de comunicación directa con nuestro auditorio.


Tendrá que tomarse en cuenta también que, mientras más sepamos de aquellos a quienes dirigimos nuestro mensaje, nos será posible personalizarlo y dirigirlo, crear una conexión que coloquialmente se conoce como “hablar el mismo idioma” que ellos, y obtener así una respuesta más favorable de su parte.


Como vemos, no terminamos de aprender a comunicarnos en el momento en el que las palabras comenzaron a salir de nuestros labios, lo habremos hecho cuando sepamos dirigirnos adecuadamente a cada tipo de audiencia, y cuando logremos dar a entender el mensaje que realmente es el que deseamos difundir.


Sabremos que nuestros canales y medios de comunicación son exitosos cuando aquellos a quienes nos dirigimos no tengan la menor duda de que es a ellos a quienes les hablamos.

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